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UBCH TV.
EL COLOMBIANO
UBCH TV. 02-02-2020. Un bombardeo de Estados Unidos a un
líder militar de Irán, el inicio del juicio político contra Donald Trump, la
propagación del Coronavirus, todo parece afectar nuestra moneda, que día a día
se devalúa o se recupera al vaivén de los acontecimientos internacionales.
¿Es esto algo bueno o malo? ¿Es una señal de debilidad o por
el contrario un sano ajuste para evitar crisis repentinas en nuestra economía?
Colprensa consultó a expertos en el tema qué significado
tiene tanta volatilidad de nuestro peso.
El abogado y economista José Roberto Acosta considera que la
vulnerabilidad del peso colombiano se debe a que “el déficit en cuenta
corriente de Colombia es uno de los más altos en América Latina. Esto lo que
significa es que hay un exceso de egresos contra ingresos en la balanza de
pagos. Eso nos hace bastante sensibles ante cualquier aumento de la percepción
de riesgo de los inversionistas extranjeros y de portafolio”.
El experto agrega que hay una relación directa entre la
fluctuación en los precios del petróleo en los mercados internacionales y el
déficit en cuenta corriente que presenta Colombia. Así lo explica Acosta:
“Lo primero que hay que saber es que la cuenta corriente es
lo que exportamos (dólares que ingresan) frente a lo que sale. La mayor parte
de nuestros ingresos son por carbón y petróleo. Entonces, los precios de esos
bienes determinan la robustez de nuestro balance externo. Con un petróleo por
debajo de los 60 dólares, se abre un boquete a mediano plazo, aumentando el
déficit en cuenta corriente, generando mayor vulnerabilidad externa”.
En eso coincide con lo que afirma el analista económico y
profesor de la Universidad Javeriana Jorge Restrepo. Por ejemplo, en el caso
del Coronavirus, hay una relación directa entre China, el petróleo y nuestro
peso.
“Todo se explica con el petróleo. Lo que está ocurriendo con
la crisis del coronavirus ha tenido un impacto muy fuerte en la economía China.
Cualquier fluctuación importante sobre la economía china tiene un impacto
inmediato sobre el precio del petróleo, siendo China el principal demandante e
importador de este hidrocarburo en los mercados”, advierte Restrepo.
El experto añade que “el petróleo ha caído más de diez
dólares de manera sostenida, lo que impacta la economía colombiana, siendo el
petróleo un producto que representa la mitad de nuestras exportaciones”.
Esta semana los precios del petróleo en los mercados de
Londres y Nueva York sufrieron un desplome causado por la crisis de salud
pública ya reconocida por la Organización Mundial de la Salud. El barril de
crudo WTI en Estados Unidos llegó esta semana a 52 dólares, uno de los precios
más bajos desde agosto de 2019.
Para el docente de la Universidad Externado, Isidro Hernández,
la volatilidad de nuestra moneda se debe a que la economía colombiana está
siempre abierta al flujo del capital financiero (inversionistas extranjeros).
Hernández, además, afirma que este factor es más importante en el corto plazo
para la tasa de cambio. Luego, “hay otro elemento que afecta más a mediano
plazo: el endeudamiento externo; cuanto el país se endeuda trae dólares, lo
cual afecta la tasa de cambio”.
Otros analistas explican que la sensibilidad del peso
colombiano se debe a que la economía nacional es apenas una ola en el mar de
las potencias y termina siendo un agente pasivo en las dinámicas
internacionales.
“La razón principal es que Colombia es una economía pequeña
donde pueden entrar y salir flujos de capital, pero su sistema financiero
todavía no es muy desarrollado. Otras economías similares también observan esas
fluctuaciones (Chile, Perú y hasta México, Brasil y Turquía)”, explica el
profesor asistente de la Universidad de Los Andes, David Pérez Reyna.
Ya conociendo algunos de los aspectos que determinan la
vulnerabilidad de la divisa local, surge la pregunta de qué tan conveniente
resulta esta condición que tiene el peso en el mundo.
David Pérez Reyna observa ventajas en el aspecto
macroeconómico, reconociendo que los “cambios en la tasa de cambio absorben
choques internacionales. De lo contrario, los choques los absorberían otras
cantidades económicas, como las tasas de interés, que tendrían efectos muy
negativos (como lo que pasó en 1999)”.
“Lo negativo es que cambios muy grandes en la tasa de cambio
pueden generar problemas. Por ejemplo un aumento muy pronunciado en la tasa de
cambio puede terminar aumentando la inflación. Mientras el sistema financiero
sea más desarrollado, por ejemplo permitiendo más actores, estos cambios
deberían ser de menor magnitud”, agrega.
José Roberto Acosta, por su parte, admite que la mejor
barrera proteccionista de la economía colombiana es la devaluación del peso.
“Eso genera autosuficiencia en varios frentes de producción”, explica. En ese
orden de ideas, de acuerdo con el analista, la industria colombiana se vería
estimulada y las dinámicas comerciales internas tenderían a mejorar.
Ha habido, de otro lado, propuestas consistentes dolarizar
la economía nacional. El año pasado, el economista Steve Hanke, profesor en la
Universidad Johns Hopkins, afirmó que Colombia debería buscar una moneda más
estable y menos sometida a las fluctuaciones de los mercados internacionales.
El planteamiento no fue bien recibido y fue ampliamente criticado por
considerarse inconveniente para la independencia financiera de Colombia.
Jorge Restrepo asegura que no resulta nada provechoso
“abandonar la flexibilidad de la tasa de cambio. Hacer eso significa quitarle
al Banco de la República la capacidad de intervenir con sus instrumentos de
política monetaria, en particular con la tasa de interés, en la economía
colombiana”.
“Seguir con la moneda nacional ofrece dos ventajas. El
movimiento de la divisa le da elementos de competitividad en determinados
momentos a la economía nacional. En segundo término, si nos dolarizamos
perdemos completamente el control monetario”, explica el investigador Isidro
Hernández.
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