NOTICIAS CON SUDOR DE PUEBLO
UBCH TV.
EL COLOMBIANO
UBCH TV. 02-02-2020. Como un ‘oso’ en materia diplomática se
catalogó desde distintos sectores políticos el hecho de que Colombia tomara la
decisión de pedir la extradición de la ex congresista Aída Merlano al presidente
interino de Venezuela, Juan Guaidó, quien no posee el control institucional del
vecino país.
La situación, a todas luces, favoreció al mandatario
venezolano Nicolás Maduro, quien no solo se burló de la situación en televisión
nacional, sino que ha usado esta situación para mostrarse conciliador,
ofreciendo facilitar canales consulares y abriendo las puertas para que
quienes lo deseen, incluidos políticos, viajen a Caracas a entrevistarse con
Aída Merlano.
Pero aunque los reflectores están puestos en el nuevo
episodio internacional desatado por Merlano, lo cierto es que no es la primera
vez que se revelan fisuras en la estrategia diplomática del gobierno Duque.
Episodios como la ‘despachada’ del ex embajador Francisco
Santos en contra del manejo de relaciones diplomáticas de la Cancillería en
Estados Unidos y que se conoció a través de un audio, la retaliación a Cuba por
pedir que se cumpla el protocolo firmado para el caso de rompimiento de
diálogos con el Ejército de Liberación Nacional (Eln) , el extravío de la carta
enviada a Estados Unidos en el caso Santrich, entre otros acontecimientos, así
lo revelan.
Puede leer: Maduro abre puertas para que justicia colombiana
interrogue a Aida Merlano
Para el experto en esta materia, Eduardo Velosa, los
distintos pasos en falso en cuanto al manejo de las relaciones internacional
por parte del Gobierno del presidente Iván Duque se deben, básicamente, a que
su política exterior está marcada por el dogma y no por la realidad
internacional.
Sin embargo, agrega el analista, en lo acontecido con el
caso de Aída Merlano, el presidente mostró coherencia en su política exterior
frente a ese país, así muchos lo hayan criticado. Duque reconoce a Guaidó como
presidente legítimo de Venezuela y, por lo tanto, si no tiene ningún tipo de
relación diplomática o consular con Maduro, no es lógico que adelante este
trámite ante ese Gobierno, explicó Velosa.
Y añade que desde el principio el mandatario colombiano
definió su rechazo a todo lo que tiene que ver con el gobierno de Maduro, y su
apoyo a todo lo que pueda contribuir a su salida del poder. De ahí que haya
reconocido a Guaidó como presidente legítimo y que no haya dado su brazo a
torcer en el caso de Merlano, que fue condenada por la Corte Suprema de
Justicia a 15 años de prisión y que es considerada una prófuga de alto valor.
Sin embargo, teniendo en cuenta que esta situación evidenció
la necesidad de mantener comunicación consular con el vecino país, pese a los
desacuerdos con Maduro, se esperaba que Duque aceptara la propuesta del
mandatario venezolano de restablecer este tipo de canales.
Es precisamente el dogma en decisiones como la anterior es
lo que estaría generando algunos inconvenientes en las relaciones exteriores
con otros países, como ha sucedido para el caso de Cuba, donde, incluso, se
cambió la historia política con ese país cuando Colombia, por primera vez, se
abstuvo de votar en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) la resolución
que rechaza el bloqueo económico que Estados Unidos le impuso, como una forma
de rechazar la no extradición de cabecillas del Eln que están en la isla.
Aquí: Que situación de Merlano no sirva para chantaje
diplomático: Duque
“Esto, de alguna manera, se expresa en lo que ocurrió con
Cuba. No solamente en el pedido de extradición de los cabecillas del Eln que
están en ese lugar, sino también en la dificultad para establecer puentes de
comunicación que vayan mucho más allá del dogma, y en ese sentido, la política
es supremamente endeble, en la medida en que cierra cualquier espacio de
comunicación frente a lo que él considera como enemigos. Esto no obedece a los
intereses de Colombia, sino a los intereses de su Gobierno”, critica Velosa.
En este sentido, el experto asegura que la conversación que
se filtró entre el ex embajador de Colombia en Estados Unidos, Francisco Santos
y la actual canciller Claudia Blum, fue reveladora sobre la forma como se está
llevando la política exterior del presidente Duque. Agrega que ahí también se
evidencia cómo el lineamiento es más dogmático que acorde a la realidad
política.
Es allí donde, según Velosa, radica el problema del
relacionamiento, porque cuando cambia la realidad política no es tan fácil
cambiar el dogma y, por esta razón, el presidente no se puede ‘bajar del bus’
de sus propias ideas ni de la forma como ha enmarcado las relaciones de
Colombia con el mundo, debido a que esto implicaría auto atarse de manos.
Entre los apartes que se filtraron de la conversación,
Santos asegura que las relaciones con Estados Unidos se estaban manejando sin
una estrategia clara y definida ni directrices. Esa afirmación, en su momento,
fue combustible para la fogata de críticas al manejo de las relaciones
internacionales.
Manuel Correal Toval, experto en esta materia, agrega que la
forma como se ha venido manejando la política exterior de Colombia es
desorganizada, pero que fue el exmbajador Santos quien le reveló al mundo la
falta de consistencia, así como la falta de coherencia en el Gabinete.
“La desorganización que se evidencia en la política exterior
es falta de una senda clara. No hay una senda clara respecto de cuáles van a
ser las acciones de Colombia tanto en con los vecinos como en las demandas por
la que atraviesa a nivel internacional. Esta ausencia de senda no permite
conocer cuál va a ser la orientación de Colombia durante los próximos tres años
de Gobierno”, dice Correal.
Le puede interesar: Es “una ridiculez” pedir extradición de
Merlano a Guaidó: Maduro
Sin embargo, advierte el analista, que el mandatario de los
colombianos podría hacer uso de la comisión asesora en este frente, de la cual
hacen parte los expresidentes, para direccionar la política exterior y sentar
posiciones definidas frente a muchos temas que afectan a Colombia en el
exterior.
Juan Ramos, experto en relaciones exteriores, ve otro motivo
en los problemas políticos internacionales. Para él, la política de Duque no
deja de ser parte de la herencia que le dejaron en esta materia sus
antecesores, que venían marcando una línea similar en temas como Venezuela y
Estados Unidos. También señala que hay otras decisiones que se toman en la
misma línea del Grupo de Lima y de otros organismos multilaterales, y que
dependen más de la geopolítica que de intereses nacionales de Colombia.
Sin embargo, Ramos considera que en lo que pasó con
Venezuela sí fue una salida equivocada porque se trata de relaciones
bilaterales fuertes con uno de los países que tiene más cercano Colombia, pero
reconoce que hay una presión interna hacia Duque de parte su partido y de parte
de su electorado para seguir en esta línea dura en relación a Maduro.
“La sensación es que las relaciones no se están manejando
con la contundencia necesaria que debería existir. En este caso, el manejo de
la política exterior es tan complicado e importante. La deriva en la toma de
decisiones y los cambios repentinos lo que hacen es restar credibilidad o
capacidad de legitimación del Gobierno. Debería empezar por tener una política
exterior dirigida, además da la sensación de que no hubiera un incentivo
político por la manera en la que dirigen las relaciones internacionales”,
agrega el experto.
Para Ramos, otro de los problemas de Duque es que no tiene
personajes políticamente relevantes al frente de la política exterior,
provocando de esta manera una desazón en ciertos contextos, donde se hace
necesario tener este tipo de personalidades. Dice que esto se evidencia en los
casos donde no ha salido bien librado el país.
Lea: Maduro abre la puerta a restablecer relaciones con
Colombia
Velosa, por su parte, dice que la actual canciller, Claudia
Blum, en el tiempo que lleva al frente del cargo ha pasado de manera
desapercibida en los asuntos cruciales de su cartera, pese a que se basa en los
lineamientos del presidente Iván Duque en todas estas materias. Añade que no ha
marcado tendencia en su dirección, pese a que se suponía que el cambio se hacía
para darle nuevos aires a la política exterior al reemplazar a Carlos Holmes
Trujillo.
Correal, en la misma línea que Velosa, sostiene que se
necesita que el Gobierno tenga una mayor competencia en el manejo de su equipo.
Señala que para el caso de la Cancillería, figuraba mucho más Trujillo, porque
Blum ha tenido una prudencia excesiva, sin que se le vean los resultados de la
gestión.
En este sentido, Ramos concluye que en anteriores
administraciones sí se evidenciaba cuál era la política exterior del país, pero
hace énfasis en que el momento que atraviesa Colombia es crucial para el
fortalecimiento de estas relaciones debido a que los ojos del mundo están
puestos en el avance del acuerdo de paz con las Farc.
No hay comentarios:
Publicar un comentario