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UBCH TV. 10-11-2019. El joven Gustavo Gatica surge hoy como el símbolo de la
desmedida represión de las fuerzas policiales contra los manifestantes que
reclaman cambios sustanciales para salir de la crisis social y política que
vive Chile.
El estudiante de 21 años fue ingresado el viernes último en
la clínica Santa María de esta capital, herido gravemente por balines en ambos
ojos, lanzados por efectivos de Carabineros durante una de las tantas
manifestaciones que casi a diario conmueven al país.
Según el reporte médico, el ataque le provocó ‘un traumatismo
ocular bilateral severo y visión cero desde la primera evaluación’.
El paciente fue intervenido quirúrgicamente por un equipo
especializado de oftalmólogos que comprobó la pérdida de la visión en el ojo
izquierdo y a la espera de la evolución del derecho.
Gatica corre el riesgo de perder totalmente la vista, o en
el mejor de los casos quedar con visión parcial en solo uno de sus ojos.
Es el primer caso de una persona que recibe heridas en ambos
ojos como resultado de la represión policial, pero forma parte de una ya larga
lista de afectados mediante igual procedimiento, pues reportes del Colegio
Médico indican que hasta el 8 de noviembre se habían presentado 151 pacientes
con trauma ocular severo.
De ellos 129 corresponden a hombres y 22 a mujeres, una
cifra inusualmente alta que a juicio de esa entidad desbordó la capacidad de
atención de esa especialidad en las instituciones hospitalarias y que lleva a
muchos a preguntarse si se trata de un nuevo modo de obrar del cuerpo de
Carabineros.
El caso Gatica, y muchos más, ponen en el centro de la
actualidad en Chile las violaciones de los derechos humanos y la violencia de
las fuerzas del Estado, denunciada no solo por organizaciones chilenas sino
también por entidades y personalidades internacionales.
Figuras como la premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchú y
Guillermo Whpey, presidente de la Fundación para la Democracia, criticaron la
violación flagrante y sistemática de los derechos humanos durante las
manifestaciones.
En la misma línea se pronuncio el también premio Nobel de la
Paz Adolfo Pérez Esquivel, mientras que la Organización de las Naciones Unidas
condenó el uso excesivo de la fuerza y la violencia de las fuerzas policiales
durante las protestas sociales.
La misión de seis funcionarios independientes, que se
encuentra desde la semana pasada aquí, señaló en Twitter que la violencia nunca
puede ser la respuesta a las demandas sociales y políticas de las personas, y
señalaron que el alto número de heridos y la manera en que se han empleado
armas no letales indica que el uso de la fuerza fue excesivo y violó los
requisitos de necesidad y proporcionalidad.
Pero los perdigonazos en la cara no son la única
demostración de la brutalidad policial, pues también hasta el 8 de noviembre el
Instituto Nacional de Derechos Humanos contabilizaba 262 acciones judiciales
contra violaciones cometidas por las fuerzas policiales desde el inicio de la
movilización popular.
De ellas, 52 eran por violencia sexual contra detenidos
cometidas por carabineros, incluyendo ‘desnudamientos, amenazas, tocaciones y
cuatro penetraciones’, así como
cinco por homicidio, seis por homicidio frustrado, 171 por
torturas y tratos crueles y 12 por lesiones.
Sin embargo, sobre estas acusaciones de violaciones
sistemáticas, el presidente Sebastián Piñera, solo se ha limitado a considerar
que ‘ha habido excesos, abusos, incumplimiento de las reglas del uso de la
fuerza, mal criterio o delitos’ que deberá investigar la Fiscalía.
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