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UBCH TV.
NEWS FRONT
UBCH TV. 08-11-2019. El mundo multipolar que ya está emergiendo no tiene más
remedio que descubrir la solución.
Independientemente de dónde resida en el mundo, es probable
que sienta una sensación de inquietud, una preocupación persistente por el futuro
y una profunda comprensión instintiva de que una era que conoció y navegó toda
su vida se está escapando y no volverá.
Hemos sido testigos de protestas y disturbios generalizados
en países con distintos sistemas políticos y económicos, como Hong Kong,
Francia, Chile, España, Ecuador, Líbano y Venezuela, por nombrar algunos.
Aquellos con intereses creados y una solución ideológica para vender insisten
en que todo se debe al socialismo, el capitalismo o algún otro ismo, pero la
verdad es que esto va mucho más allá.
Lo que realmente está sucediendo es que el paradigma
geopolítico y económico que ha dominado el planeta durante décadas está
fallando, y en lugar de abordar el fracaso en un sentido real, las élites de
todo el mundo han decidido saquear todo lo posible hasta que el castillo de
naipes se derrumbe.
No puede discutir adecuadamente el paradigma global
arraigado sin abordar el imperio estadounidense, y no puede tener una
conversación sobre el imperio sin discutir el sistema monetario y financiero
que lo mantiene todo en su lugar. La última vez que discutí esto en detalle fue
el año pasado en el post, El camino hacia 2025 (Parte 3): el sistema financiero
dominado por el USD se desmoronará. La publicación de hoy debería verse como
una actualización de esa pieza, haciendo un balance de dónde estamos parados un
año y medio después.
Se hicieron varias suposiciones en el artículo del año
pasado que deben ser reconocidas para entender cómo veo la situación. La
primera es una visión de que ya estamos haciendo la transición a un mundo
multipolar, en otras palabras, Estados Unidos ya no tiene una posición de
dominio geopolítico planetario total similar a la que disfrutó a mediados y
finales de la década de 1990. A pesar de las proclamas en contrario, la historia
no terminó.
El liderazgo de los EE. UU. Se acostumbró a obtener
prácticamente todo lo que quería en todo el mundo a través de la violencia
abierta, las operaciones de inteligencia encubiertas o la coerción económica,
pero esto ya no es el caso en 2019. Aunque esto no le sienta bien a gran parte
del establecimiento de la política exterior, es Sin embargo, la realidad. La
evidencia más reciente llegó la semana pasada con la decisión de Dinamarca de
aprobar el gasoducto Nord Stream 2, algo a lo que Estados Unidos se opuso
rotundamente.
Tom Luongo ofreció un análisis interesante de por qué esto
es tan significativo:
Durante los últimos tres años, EE. UU. Ha luchado contra la
construcción del gasoducto Nordstream 2 desde Rusia hasta Alemania cada
centímetro del camino.
La batalla se redujo a las últimas millas, literalmente, ya
que Dinamarca ha estado reteniendo el permiso ambiental final en Nordstream 2
durante meses.
Estados Unidos, especialmente bajo Trump, se ha comprometido
a un ‘enfoque de todo el gobierno‘ para evitar que el gasoducto de gas natural
de 55 bcm toque tierra en Alemania …
En cierto sentido, esta tubería es la declaración de
independencia de Alemania de más de setenta años de establecimiento de
políticas estadounidenses.
El hecho de que el establecimiento de la política exterior
de EE. UU. Considere que es nuestro negocio determinar de qué país debe comprar
gas natural la UE y cómo ofrece una visión de la mentalidad imperial. Es la
misma mentalidad que sostiene que Irán no debería poder vender petróleo a nadie
sin el permiso de Estados Unidos. Representa un apego al control global total,
una visión de que el mundo consiste en poco más que la hegemonía estadounidense
y sus estados clientes.
Lo que nos lleva al punto clave que rodea la naturaleza
insostenible del sistema monetario y financiero del mundo. Específicamente, ya
vivimos en un mundo donde varias potencias (a saber, China y Rusia) han
aclarado públicamente y claramente que no funcionarán como estados clientes de
los Estados Unidos en el futuro. Parecen estar en el lado ganador de la
historia porque es mucho más difícil mantener el imperio global que frustrarlo
en este momento, pero Estados Unidos mantiene una enorme ventaja al hacer
movimientos en el tablero de ajedrez geopolítico. No son las bases militares
ubicuas o la tecnología avanzada, sino un arma más esotérica y sigilosa: el
dólar estadounidense.
El USD continúa dominando las transacciones financieras
globales, lo que significa que el mundo nunca puede ser verdaderamente
multipolar a menos que se aborde esta realidad estructural desigual. Por
supuesto, nada de esto es nuevo, aunque ahora hay un mayor sentido de urgencia
para aquellos países que no están dispuestos a servir como estados clientes de
EE. UU. Dado el uso cada vez más agresivo y contundente del sistema financiero
como arma geopolítica por parte de la administración Trump.
La importancia del USD como arma se puso de manifiesto hace
un par de semanas durante las audiencias del Congreso sobre el proyecto Libra
de Facebook. Vea el clip a continuación.
Como tal, las naciones comprometidas a funcionar como
estados soberanos tienen una opción clara. Encuentre una manera de realizar
transacciones sin problemas en el escenario mundial sin tocar el USD, o
someterse a ser un estado cliente. Dado que esto último se considera
inaceptable para un número cada vez mayor de naciones, creo que lo primero se
resolverá y que sucederá en 2025 a más tardar.
Cada vez que digo cosas como esta, la gente insiste en que
no hay nada listo para reemplazar al USD como moneda de reserva global. En este
frente, estoy de acuerdo, pero mi argumento no es que otro fiat del estado
nación va a usurpar totalmente el USD en el escenario mundial en los próximos
años (ni nadie debería querer eso). Más bien, mi punto de vista es que las
potencias competidoras encontrarán una manera de evitar el dólar en un
porcentaje creciente de transacciones globales simplemente porque no tienen
otra opción en un mundo donde el dólar ha sido completamente armado para lograr
los objetivos geopolíticos de los Estados Unidos.
No necesito saber los detalles de cómo se desarrolla esta
transición, solo que lo hará. Es por eso que tiene sentido poseer bitcoin y
oro, dos instrumentos monetarios globales alternativos políticamente neutrales
que probablemente intercambiarán múltiplos más altos a partir de aquí en los
próximos años a medida que las personas reconozcan la importancia de tales
activos en el período de transición histórico que estamos en.
En última instancia, espero que la humanidad aprenda de la
experiencia de las últimas décadas y nunca más permita que un país controle la
política monetaria de todo el planeta. Una moneda de reserva controlada por una
sola nación es efectivamente el arma geopolítica más potente jamás inventada.
Ningún país o institución debería tener tal poder, ahora o en el futuro.
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